domingo, 1 de agosto de 2010

Y arranca el proyecto


Este es mi cuarto. Generalmente la mención de mi cuarto suele despertar sentimientos cruzados, que van desde el sueño, hasta el horror. De hecho el otro día me parece que alguien hizo una comparación entre mi cuarto y el Sanatorio Durán, hasta donde pude entender.

Sanatorio

En parte es cierto, los conceptos se ponen viejos. Los cuartos siguen midiendo lo mismo, pero a su alrededor el mundo y las necesidades cambian. Lo que funcionó en algún momento, talvez ahora no funcione, por lo menos no tan bien. Es como un carro viejo, que camina, pero no como hace 15 años.

Esa es la mejor comparación, de hecho. Una máquina vieja. Una máquina que inicialmente funcionaba, pero poco a poco se fue volviendo obsoleta y se le fueron descomponiendo partes. Y entonces para arreglarla se le agregaron otras partes. Y ahora es un enredo de partes diferentes, que cumplen diferentes funciones y bueno, las fotos hablan por sí mismas.

Hora de rehacer la máquina y volver a sincronizar todas las partes. Y esa es la misión acá. De ese hueco de 3x3 metros, sacar un dormitorio vivible, y que no despierte una tendencia a ser comparado con el Sanatorio.

Esta es mi libreta de apuntes en ese proyecto. Solo 3x3 metros... qué tan complicado podría ser?

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